¡Este Ecuador amazónico, desde y hasta siempre!, así lo proclamó alguna vez Jaime Roldós Aguilera, ex presidente de nuestro país. Amante empedernido y nacionalista hasta el cuello. Abogado, político y orador, fue quien lideró el proceso de retorno a la democracia después de casi una década de dictaduras en 1979.
En la vida cotidiana de un ecuatoriano, la palabra democracia es ilegible, indescriptible y como muchos mencionan utópico. La vida útil de la democracia perdió la luz. Desde la muerte de Roldós en 1981 hemos tenido una extensa lista de presidentes, mediocres, 'ladrones' y 'caras duras', poco o nada se puede acotar de las buenas obras que en nombre de la democracia se han implementado en nuestro país, y ¿qué más podemos resaltar?
Oswaldo Hurtado, León Febres Crodero, Rodrigo Borja, Sixto Durán Ballen, Abdalá Bucaram, Fabian Alarcón, Jamil Mahuad, Lucio Gutiérrez, Alfredo Palacio, Rafael Correa y actualmente Lenín Moreno, son y serán parte de la histórica lucha por un país democrático. No por esto quiero eludir que todos los gobiernos han sido malos, muchos han sido devastadores.
Ecuador se pintó de varios colores, Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE), Izquierda Democrática (ID), Partido Unidad Republicana (PUR), Frente Radical Alfarista, Partido Sociedad Patriótica (PSP) y Alianza País, toda una obra de desastre. ¿Y que han logrado? En las últimas décadas los sistemas de gobierno han intentado cumplir con su labor de servir al pueblo, pero pese a esto siempre es el pueblo quien termina sirviéndoles.
Pero no todo es gris ni medias tintas, los quiteños y los ecuatorianos han alzado sus voces contra la opresión. Lucio Gutiérrez fue despojado, aislado y exiliado por corrupto, Abdalá por poco y sigue el mismo rumbo. Hacer memoria es volver a vivir aquellos por lo que muchos perdieron hogares, dinero, familias y la fe en la democracia. Es ahí donde entra como una 'luz verde' aquel sujeto que inminentemente irradió de ilusión a los ecuatorianos. Los diez años de Rafael Correa fueron un golpe contra la libre expresión, se 'engatuzó' y manipuló a gran parte del pueblo. Sin Embargo, como todo cuento de hadas siempre hay un villano y en este caso fue la misma cenicienta quien elaboró su trampa
El concepto de soberanía no tuvo un 'felices por siempre' y actualmente donde es donde se descubren las verdaderas intenciones de los discursos sensacionalistas. Pero ¿y si realmente en esto se basa la democracia?, la política será siempre el arte de gobernar.