“En costa lejana y en mar de Pasión, dijimos adioses sin decir adiós”
Gabriela Mistral
El día que no esperaba finalmente llegó,
de cierta manera mi mente ya se había imaginado como sería, algo casual, nada
extraordinario, ver una feria normal marcharse, pero esta vez, algo de mi se
quedaba en aquellas estanterías.
El primer día había sentido como aquellos libros, viejos y nuevos, me saludaban, pero ahora, sus páginas me cortaban el alma, la sensación de no haber comprado suficiente me llenó de tristeza, mejor dicho melancolía.
Con los ojos caídos y sin nada de emoción, me acerqué para saludar a mi amigo Jorge Luis, lo que sin saber sería la última vez. Él se encontraba en un puesto cómodo, aunque un poco pequeño, mirándome fijamente. Jorge Luis podía haber medido un metro ochenta, si no es más, ya que cuando me miraba sentía como su cabeza se inclinadaba ligeramente hacia el piso para poder verme, su cabello largo y negro como el mio nos hacían tener una cosa en común, pero no sólo eso nos llevó a tener aquella amistad tan linda, en tan pocos días, el causante de todo este enredo, habría sido la tan nombrada poesía, ella nos había llevado a poder conocernos.
Fue así como lo saludé y con una cálida
mirada me dijo:
- - Ya te había extrañado, ¿Estás bien?. A lo que pude responder
tratando de mantener la misma efusividad con la que él me saludó:
- - Lo siento, estuve un poco enferma, pero ya estoy aquí, el
último día.
Un silencio se nos unió tras decirnos aquellas
palabras, aunque la feria había sido emocionante lo que realmente me había
emocionado era haber encontrado alguien con quien compartir el amor por la
poesía.
El último evento estaba por comenzar así
que sin nada más decir, pronuncié las palabras que tanto se nos clavan en el
pecho, “nos vemos pronto”.
El evento comenzó con la presentación de
la Decana de la Facultad de comunicación, María José Rodríguez, acompañada de
sus colegas. La conferencia se dio con normalidad, inició con un conversatorio para
aclarar dudas acerca del primer libro lanzado en la Universidad, éste estaba enfocado
en las tan conocidas Relaciones Públicas. Aunque mi cuerpo se encontraba en el lugar, mi cabeza
andaba por los patios de la plaza, merodeando y echando el ultimo vistazo a aquellos libros que no pude llevarlos conmigo.
Hoy en día, encontrar alguien con quien
compartir algo se ha vuelto escaso, el día me pintó un color obscuro, no solo
eran los cuentos, los poemas y el sin número de libros que habían allí a los
cuales despedí, con ellos, se iba alguien a quien compartí un pedazo de mi
vida.
Al llegar a casa, comprendí que así es la
vida, es como leer un cuento en el que nosotros somos autores, inventando
personajes irreales, esperando que nos salven de esta vida, agregando interrogantes, comas y muchas veces un punto final.
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